The wind - El viento (1928)

Año
1928
Duración
95 min.
País
Estados Unidos
Idioma del intertítulo
Inglés 
Director
Victor Sjöström
Guión
Frances Marion
Reparto
Lillian Gish, Lars Hanson, Montagu Love, Dorothy Cumming, Edward Earle, William Orlamond
Género
Drama

La acción sucede en un pueblo de Texas donde el viento invade las vidas de sus habitantes, golpeándolos constantemente con arena y polvo. Es un lugar habitado por gente en permanente lucha con el desierto, el cual parece buscar dominarlos y echarlos. Letty llega un día a ese pueblo, alejándose de un fracaso sentimental. Ella se hospeda en la casa de su primo Beverly. Cora la esposa de Beverly no quiere a Letty en casa y empieza a presionar para que se vaya. El director sueco Victor Sjöström, luego mítico protagonista de "Smultronstället" (Fresas salvajes, 1957), emigrado por entonces a los Estados Unidos, dirigió, bajo duras condiciones en el desierto del Mojave, este duro y magistral melodrama, obra clave indiscutible del cine mudo. El crítico del Timeout dijo de ella: "Una de las grandes obras maestras del cine (...) la mejor interpretación de una encantadora Lillian Gish (...) la dirección muestra una impecable atención a los detalles psicológicos, mientras realiza una transición perfectamente creíble de géneros. La secuencia de la tormenta de arena del desierto tiene que ser vista para poder creerla, y todo el film -erótico, bello, deslumbrante- demuestra tal imaginación y seguridad que permanece, décadas después de ser realizado, completamente moderno."

Irving Thalberg no sólo da luz verde al proyecto de Lillian Gish de llevar a la pantalla la novela de Dorothy Scarborough The Wind, sino que, además,acepta la proposición de la actriz de que el realizador sea Victor Sjöström, rebautizado Seastrom durante su etapa americana, con quien Gish ya ha tenido oportunidad de trabajar en La carta roja (The Scarlet Letter, 1926).La película afronta un tema que es una constante en la obra del director sueco, el del hombre en conflicto con su entorno.Sjöström encuentra en América grandes espacios abiertos, lugares áridos y desérticos que encienden de nuevo su inspiración.El viento, en su continuo hostigamiento y condicionante absoluto de las vidas de hombres y animales, se erige en protagonista del relato. Y lo es hasta tal punto que el film queda impregnado de principio a fin de una atmósfera envolvente, alucinante e irreal. «Los indios creen que el viento es un caballo fantasma que vive en las nubes», le dice Lige a Letty en su primer encuentro.Para el rodaje de exteriores, Sjöström elige los inhóspitos paisajes de Mojave en California.En medio de un calor sofocante, varias hélices de avión crean los vientos huracanados,lanzando toneladas de arena contra los actores. Lillian Gish, espléndida en su papel,asegura no haber vivido nunca peor experiencia.Los exhibidores se niegan a aceptar el final en el que Letty,tras matar a Roddy, se adentra en el desierto en busca de su propia muerte. En su lugar se rueda uno nuevo y escasamente consecuente,que es el que conocemos. The Wind se convierte en un éxito artístico y en un fracaso de taquilla. Paradójicamente, ahora que el cine mudo ha alcanzado su perfección y surgen sus mejores obras maestras, el sonoro se encarga de hacerlas sucumbir a casi todas. (Texto de Luis Enrique Ruiz, tomado de Obras maestras del cine mudo)
No se puede hacer una distinción inequívoca entre las películas suecas y americanas de Sjöström. Sus últimas obras suecas estaban influidas por las modas internacionales. Asímismo hay continuidad entre sus esfuerzos suecos y lo que hizo tras llegar a Hollywood. He Who Gets Slapped, su segunda película americana se basaba en una obra de Leonid Andreiev, de quien había puesto en escena y protagonizado Professor Stortzin en el teatro en 1920. Su cuarta película en Hollywood era una adaptación libre de Kejsaren av Portugallien de Lagerlöf con el titulo de A Tower of Lies. Suecia y Hollywood no son fenómenos diametralmente opuestos en el caso de Sjöström. The Wind se basaba en una novela de Dorothy Scarborough. Una vez más Lillian Gish insistió en Sjöström por encima de Clarence Brown, la elección de la MGM. Sjöström quiso que los exteriores se rodaran en el desierto de Mojave. Las altísimas temperaturas y los nueve ventiladores fueron una dura prueba. Gish lo calificó de "una de mis peores experiencias". La arena y la tormenta son los protagonistas de la película, la naturaleza se adueña del escenario como tan a menudo ocurría en el período sueco de Sjöström. En The Wind la naturaleza es una omnipresente y poderosa fuerza que hace inútil cualquier resistencia humana.Considerada con toda justicia una de las cimas del cine mudo, justo es señalar que en esa elite del séptimo arte la mirada de Sjöstrom supo aportar una singularidad al mismo tiempo cercana con los mejores modos expresivos de aquellos años grandiosos para el cine, y al mismo tiempo una mirada personal de lejanos ecos europeos. En cualquier caso, The Wind es –y el paso de los años lo viene ratificando-, una auténtica obra de arte del cine mudo. Es decir, el de siempre. (Cinema de perra gorda)
No, no puedo escribir un discurso en memoria de Victor Sjöström. Supongo que sonreiría con la mayor de las ironías si me viese hacer un discurso así. En su lugar, sencillamente compartiré algunas breves impresiones, algunas notas emborronadas de mi cuaderno de rodaje de Fresas Salvajes. Aunque son notas muy íntimas trazadas por mi lápiz, para mí son como grabados y tienen vida propia. Todo el equipo y yo mismo, durante aquel rodaje, fuimos testigos de la lucha de una terrible voluntad contra la fuerza de la nada; a cada instante, la lucha se tornaba en rabia, las victorias y las derrotas se sucedían una tras otra.Pero cuando la película fue terminada y el artista abandonó la estricta disciplina de trabajo como muralla protectora, el enemigo tomó una revancha despiadada y lo sumió en un sufrimiento sin nombre. Su alma intentaba en vano oponerse a la amenaza del enfriamiento, de la extinción. Los muros de la prisión del aislamiento que había elegido se espesaron progresivamente... Fue la presa de una tortura cruel que finalmente le concedió la libertad.Leo algunas líneas de mi diario: "No puedo evitar pensar que este anciano es un niño, que al ser castigado sin padres, hermanas y hermanos desde su nacimiento, hubiera envejecido de un modo algo extraño; un niño en constante búsqueda de una seguridad que le fue negada sistemáticamente.Esta es la razón por la que rechaza casi sistemáticamente cualquier muestra de afecto que no sea sincera. Detesta que la gente despliegue sus dedos blandos y pegajosos para abrazarle, y escupe sobre toda simpatía mitigada o interesada. A pesar de ello...La desesperanzadora dualidad de su espíritu no logra ocultar su dolor. Ante su entorno, muestra su llaga siempre abierta, siempre infectada.La muerte de su mujer...
Sin respiro, repite las acusaciones contra un Dios injusto que apartó la única realidad reconfortante que había tenido, y lo lanzó al exilio sobre la tierra devastada.Su mirada intenta siempre filtrarse en las tinieblas. Siempre intenta atrapar el ruido de una respuesta a su pregunta aterrorizada y a sus desesperadas plegarias. Pero el silencio es total"
Otra página de mi diario: " No dejo de estudiar incesantemente, con una curiosidad desvergonzada, ese poderoso rostro. A veces es como un grito de dolor mudo, a veces aparece deformado por una crueldad desafiante y por un refunfuño senil, a veces se diluye en una queja sobre sí mismo y en efusiones extrañamente sentimentales.Pero hay otros momentos que no olvidaré jamás. De repente, puede girarse hacia nosotros con una sonrisa, un gesto de ternura espontánea, expresando con su voz una bondad sutil. En esos momentos, no es difícil quererle, ni acudir a su encuentro simplemente, con una armonía soleada."
Una tercera anotación de mi diario: "Rodamos las últimas escenas adicionales de Fresas Salvajes, los últimos primeros planos de Isak Borg cuando éste va ganando claridad y reconciliación. Su rostro brillaba iluminado por una luz secreta, como si se reflejase desde otra realidad. De repente, sus rasgos se tornaron dulces, incluso blandos. Su mirada abierta, sonriente, tierna.
Fue como un milagro.A continuación, completa inmovilidad, la paz y la claridad del alma. Nunca he vuelto a encontrar un rostro tan noble y tan libre.Sin embargo, no era nada más que un actor interpretando dentro de un estudio sucio. Y sólo podía ser el trabajo de un actor. Este ser excesivamente tímido nunca hubiera mostrado a los otros ese tesoro de pureza de sentimientos, profundamente escondido, si no hubiera sido un juego, una simulación..."
Ante ese rostro, recordé las réplicas finales del último drama de Strindberg, "Stora landsvägen" (La gran carretera) recordé la oración dirigida a un Dios en alguna parte de las sombras:
Bendíceme, Oh tú, humanidad
doliente, padeciendo tu don de vida
A mí el primero, que he sufrido tanto
He sufrido ante todo por no haber sido lo que
hubiera querido ser.
(El 20 de febrero de 1960 Ingmar Bergman pronunció un discurso ante la Academia Sueca de Cine. Este homenaje a Victor Sjöström es una traducción abreviada de ese discurso (texto publicado en Sight and Sound, volumen 20, primavera 1960 y traducido del inglés por Christian Viviani)

"Periodista: ¿Qué es lo que te ha influenciado de los films de Victor?Ingmar Bergman: Su exigencia de verdad, esa exigencia incorruptible, la observación de la realidad, el hecho de no caer un solo instante en la facilidad, de no simplificar nunca, de no saltarse nunca las dificultades, de no engañar jamás, de no ceder jamás al esteticismo, a lo brillante. Por ejemplo, hay secuencias prodigiosas en La voz de los antepasados, y también en Karin, la hija de Ingmar. ¿Habéis visto El viento con Lilian Gish?"



Comentarios